El proyecto inicial fue diseñado por Luis de Venegas y Osorio en 1679, pero el desarrollo fue anómalo. Las obras de construcción iniciales se desarrollaron entre 1680 y 1681.Y continuaron entre 1682 y 1683 bajo la dirección de Cevallos y Arce.
El recinto era abaluartado irregular y estaba flanqueado por seis baluartes (también irregulares). Estos se conocían como: San Pedro, del Rey, la Merced, San José, del Duque y San Juan de Dios, y los accesos desde y hacia el exterior serían a través de tres puertas o postigos.
El 15 de febrero de 1683 el sargento mayor e ingeniero militar Bernardo de Cevallos y Arce, impulsor definitivo de las fortificaciones de la nueva ciudad de Panamá, acatando las órdenes del presidente Ponte, bajó a Portobelo. Reconoció el sitio y elaboró un detallado informe midiendo palmo a palmo lo construido, posiblemente para no pillarse los dedos ante una futura pesquisa; lleva como testigos, entre otros, a Juan Martínez, maestro mayor de albañilería y carpintería de las obras de Portobelo, quien declara finalmente, bajo juramento, que todas las mediciones son ciertas y que los lienzos de fajina «están todos resquebrajados y hendidos amenazando que en las aguas se derrumbará la fachada». Un memorial enviado por Francisco de Castro, teniente de Portobelo, informa que en agosto de ese mismo año ya se habían levantado tres baluartes: el de San Juan de Dios, «de piedra y cal en los ángulos y una cortina que corre desde este dicho baluarte hasta el de San Cristóbal, con un portete de cantería que está en esta cortina, la cual tiene 176 varas de tierra de ambos lados del dicho portete y este tiene 11 varas de frente y 3 y media de alto». En cuanto al baluarte de San Pedro, construido por Luis Venegas, antes de su partida, se informó que «se está derrumbando y abriendo brechas debido a que como se va pudriendo la fajina, seca la tierra, para cuyo remedio es necesario irle haciendo una encamisada de cal y canto para que pueda subsistir». No se consideró conveniente la demolición del castillo de Santiago de la Gloria, tal y como el rey había dispuesto, hasta que no estuviesen acabadas las nuevas defensas para no dispersar la mano de obra, pues se necesitaban de 400 a 500 peones diarios. En los años que siguen varios ingenieros militares se alternan en la dirección de las obras de Portobelo y envían sus planos, memoriales y presupuestos con notables discrepancias entre ellos y mutuas acusaciones. Fernando de Saavedra, ingeniero mayor del Reino, traza la «Planta de la nueva ciudad de Portobelo que se está ejecutando», fechada el 6 de julio de 1683 en la que dibuja un hexágono «que revela el concepto de la fortificación abaluartada barroca, con baluartes vacíos y variantes en las magnitudes». La labor realizada por Venegas se centró en el costado norte de su perímetro, con el baluarte de San Pedro y un lienzo de la muralla hasta el baluarte de San Juan de Dios, construido bajo la dirección de Cevallos y Arce, así como otro lienzo de muralla que acaba en el baluarte del Duque, aún sin levantar.
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